sábado, 29 de octubre de 2016

el primer relato de mi sobrino. algo le he ayudado, pero idea original suya. 12 años. EL ÁRBOL DEL AHORCADO. Una mañana tranquila estaba una familia triste que reciente mente habían perdido a un familiar. Vivian en una casa en el campo. Los dos papas y dos hermanos. Marta la mayor y Alex un bebe. Por la noche, algo extraño se acercó a la cama de la pequeña marta, que la despertó. Estaba asustada, intento gritar pero la mano de un ser se lo impidió. De repente su hermano Alex comenzó a llorar y ese ser extraño desapareció. A la mañana siguiente de ese suceso, la pequeña marta no sabía cómo contar lo que le había pasado, entonces permaneció en silencio. A la noche siguiente se asomó a la ventana y descubrió un árbol con hojas secas caídas por el suelo. La noche estaba acompañada de niebla y un por curioso viento aullador. Entonces sin saber cómo salió al jardín. La niebla se despejo y las hojas se apartaron por el viento y de repente la niña descubrió a su abuelo muerto en el árbol, ahorcado. La niña intento huir muerta de miedo pero la cuerda que sujetaba a su abuelo se lo impidió, el cuerpo de su abuelo despertó y la agarro con la mano fría y le dijo -corre bonita corre mientras puedas sabes que te cogeremos –la niña asustada intento soltarse de la mano de su abuelo pero el intentó resulto fallido, entonces la luna se vuelve aponerse en el cielo cubierto de gris y el árbol y el cuerpo del abuelo desaparecen por completo. La niña asustada pensando en lo que había podido pasar se pone camino a casa y se lo cuenta a su padre y a su madre, y ellos le dicen a la pequeña marta –no te preocupes todo ha sido una extraña pesadilla – le dice el padre -hoy por la noche dormiremos contigo –le dice la madre La niña aliviada dice –vale tenéis razón y todo habrá sido una pesadilla Ese mismo día resulta que la niña quería ir al cementerio ha asegurarse de que su abuelo estaba allí enterrado. Marta nada más llegar ve a un hombre vestido de negro que le dice –a quien has venido a ver niña. –la niña responde –a mi abuelo – el hombre le dice –tu abuelo está bien no te preocupes – la niña aterrorizada sale corriendo hasta su casa pero era de noche y el viejo árbol no estaba y no había nadie en casa entonces fue a abrir la puerta de su cuarto y de repente se encuentra allí con el cadáver de su abuelo. Entonces la niña intenta correr, pero la puerta de la calle estaba cerrada, asustada no sabe qué hacer entonces se cierra en el baño se esconde en la ducha y nota que alguien se acerca con un cuchillo jamonero y entonces……………………………………………………………………………………………………………..VE EL ROSTRO DEL FANTASMA Y RESULTA QUE ES SU MADRE. LA NIÑA ASUSTADA NO SABE QUE HACER ENTONCES ESCALA POR L A VENTANA DEL BAÑO QUE HAY EN LA DUCHA PERO AL SALIR SE ENCUENTRA CON SU PADREY DICE SOCORRO, ENTONCES VIENE SU MADRE POSEIDA AL IGUAL QUE SU PADRE Y LE DICEN A LA NIÑA -FELIZ HALLOWEN- La niña confusa dice – todo esto ha sido por Halloween? –y dice – y el abuelo no estaba muerto – los padres se miran con confusión y le dicen a la niña – si porque lo preguntas- la niña esta ilusa dice. Venga que ya se la broma de que va – Los padres se miran por segunda vez y dicen –el abuelo está enterrado en el cementerio – -Vale –contesta la niña Esa misma noche se aparece en su cuarto el abuelo la niña está dormida pero destapada y el abuelo le arropa le da un beso y le dice – tranquila marta yo siempre estaré contigo FELIZ HALLOWEN cariño tus padres son un poco tontos. -No lo sabes tú bien. AARÓN MUÑOZ SÁNCHEZ. FIN

lunes, 19 de septiembre de 2016

Mirada para olvidar. Segundos antes sonreían, la cena había sido gratificante, el ambiente propicio, hacia tanto tiempo que ambos no se tomaban una noche para ellos solos, que todo le pareció como nuevo. La miraba con esa sonrisa pícara que siempre tuvo cuando lo conoció, deseándola con la mirada, una mirada para no olvidar nunca. Y ella se quedaba embelesada cuando sus ojos se cruzaban, y a diferencia de otros pensamientos más lujuriosos que solían tener sus amigas cuando veían algún chico guapo, ella. Ella notaba el hormigueo en sus tripas, el calor rojo de sus mejillas blancas, la piel temblorosa. No tardó mucho en sentir que todo aquello se entendía en una sola palabra. Amor. Como aquella noche, en la cena, sonrieron y hablaron de su vida, de pasado que habían tenido, del presente con el que peleaban todos los días, y del futuro. Siempre positivo, nunca negativo decía el, emulando a la famosa frase de un entrenador de futbol. Y ella, ella vestía muy bella, su figura todavía se mantenía después de dar a luz dos críos, siete y 9 años. Genética pura y dura y una alimentación sana y equilibrada. Nada de gimnasia como mucho andar. Sobre su rostro una ligera capa de maquillaje que apenas cubría su rostro blanco y hermoso. Lucia el cabello largo y rubio liso. Cuando su marido la vio. Dijo un joder tal alto que ella se ruborizo. Y enseguida la beso, ligeramente para no desmaquillarla, todavía le susurró al oído si no era mejor quedarse en casa y pedir una pizza, comérsela desnudos en la cama y estar todo la noche estudiando el cama Sutra. A ella le entro la risa pero noto como lo que su marido decía no era broma, al palpar su erección. Cariño recuérdame que me maquille más a menudo le dijo de broma, y acto seguido se dirigió a la puerta de salida de la casa. Tú crees que estarán bien dijo él. Claro, no seas tonto, Alexa es así, impulsiva como tú, se le pasara el enfado. Dijo ella tomando la copa de vino. No sé, esta mañana me enfade con ella, quizás fui exagerado. Ya sabes que no…. Cariño. Tenías razón. Había que regañarla por esa chiquillada y ya está, lo entendió. Claro. Bebió de la copa de vino, pero solo un pequeño sorbo. Solo sería esa copa en toda la cena. Había que conducir. La velada fue encantadora, después de hablar de ese pequeño incidente, se volvieron juguetones y acaramelados, recordaron anécdotas y sonreían sin parar. Dos horas y media de cena y pos cena, café incluido. Declinaron la copa que la camarera les ofrecía gratis, y tras pagar se fueron. En el coche, la beso, ahora ya no había tregua que lo detuviese. Quizás no llegarían a la tercera postura del cama Sutra pero estaba claro que los dos estaban deseosos de encontrarse cómodamente en la cama y buscarse con ansias. Te quiero, le dijo él. Mirándola a los ojos. Ella coqueta vio esa mirada que no se olvida, esos ojos que dicen la verdad y sintió una vez más el deseo de esta siempre junto a aquel hombre. Vamos le dijo. Vamos a casa, volvió a decir. Lo último que hizo fue tocar su mano cuando estaba sobre la palanca de cambios, sintió su piel, y después el la soltó de repente, grito algo que no llego a entender y sintió un profundo golpe que apago su vida de momento. Todo su cuerpo quedo adormecido durante unos segundos, los ojos tapados, la piel, dolorida. Todo a su alrededor fue el caos. Intento moverse, pero algo se lo impedía, solo la cabeza parecía poder girarla bajo aquel amasijo de chatarra que atrapaba su vida. Cuando pudo mirar, la imagen de su marido era la que nunca olvidaría. Aquel no era un marido, aquel no podía ser el hombre que amaba, que le había seducido, con el que vivía una vida. Lo llamo, lo llamo primero ligeramente como si no quisiera despertarlo, luego más fuerte, hasta que gritó. Y grito de dolor, de rabia, de impotencia. Su vista se fue apagando poco a poco, hasta que alguien le hablo. Quien coño, me habla, me ordena, quien se atreve a despertarme ahora que me estoy quedando dormida, con lo bien que me siento. Quien. Esta muerto, grito alguien, ya viene la ambulancia, hay que avisar a los bomberos, la mujer vive. Muerto, escucho, y abrió los ojos, entonces la sangre no dejaba ver la realidad, pero una luz enfocaba al interior y se encontró con el rostro de su marido, lleno de sangre, lleno de heridas, con los ojos abiertos y la boca saboreando su propia sangre. No pudo gritar. Ni llorar. Solo quería morirse como el, y terminar. Aguanta, joder, más luz, grito alguien, los bomberos se apresuraban para sacarla cortaba la chapa con la radial, una doctora había logrado llegar hasta una vena y ponerle una vía, después fueron entrando en sus venas todo tipo de líquidos que ella no podía saber. Mientras tanto, los equipos de emergencia se afanaban en excarcelarla de aquel habitáculo lleno de sangre y hierros. Ya vamos dijo alguien, y por fin, sintió el frio de la noche, alguien se molestó en tapar a su esposo al que miro por última vez, y sintió una fuerte arcada. El vómito la mancho toda, y ahora la sangre tenía una nueva compañera para ser limpiada. La fina lluvia la calaba, y la sangre corría por su cuerpo con más facilidad. La manta amarilla la tapo lo suficiente, mientras que sentía la voz de su conciencia, aguanta, aguanta. Y el ruido atronador de la tormenta que comenzaba a ser más impetuosa no hacia parar el ruido de las maquinas cortando la chapa. Oía voces, oía ordenes, veía poco, pero lo suficiente para saber que aquello no era el final de una noche deseada, que no estaba en su cama soñando, tal vez si, y que cuando despertase sería un día normal, una mañana igual que otra, llena de incertidumbres o de rutina, que más daba, si solo fuese un mal sueño. Epilogo. La mujer cojeaba, pero apenas se notaba. Diez años después tarde de aquella noche en que su vida se quebró, salía del cementerio con sus hijos. Diez años dijo cuya mirada era paras no olvidar.

martes, 7 de junio de 2016

el castillo

El castillo estaba en el alto de una ladera, dominando todo el valle. Esa mañana la espesa niebla hacia que el blanco de la nieve volviese la estepa en una variante que desaparecía y volvías a aparecer como por arte de magia. Mal día, malos presagios. La voz del vigía en lo alto del torreón solo la escucho el silencio de la mañana. Por otro lado pensó, quien se atrevería a subir ladera arriba con la tierra nevada y los tramos helados y resbaladizos para atacar el castillo. En esas estaba pensando el hombre sintiendo el frio tan dentro de su piel que sus huesos se podrían romper en cualquier movimiento que hiciese. Faltaba un buen rato para el relevo. Miro a sus lados. A cierta distancia sus compañeros estarían en su misma situación. Muertos de frio y de miedo. El aullido de un lobo le sobresalto. No era la primera vez que ocurría, era tierra de lobos, de animales hambrientos, de hombres dispuestos a luchar. Pero no se acostumbraba a tal sonido. Blasfemo de nuevo. Miro hacia abajo. La altura era considerablemente suficiente como para que pudiesen repeler el ataque. Maldita sea su estampa se dijo. Hasta la coraza estaba helada de hielo. Su barba le hacía daño provocándole heridas en la comisura de sus labios. Era mejor no hablar. Aunque no hubiese nadie con quien hacerlo era mejor no respirar. El aliento se lo llevaba el demonio. De repente giro su cabeza y un ruido seco y fugaz tumbo a su compañero sin que apenas se diese cuenta de que la flecha había alcanzado si cuello. Maldijo, ahora en alto, nos atacan dijo, alerta, alerta grito mientras que la lluvia de flechas caía sobre él. Algunas rozaron su coraza, otras se perdieron en los adentro de las estancias del castillo. El vigía, oteo hacia abajo, por su zona una cuadrilla de hombres s3e disponían a subir con escalas, mientras que otros seguían disparando a la muralla, los hombre salina al exterior, dormidos, medio vestidos, medio muertos ya. Y así era. Algunos caían sin apenas ponerse los calzones. El ataque se estaba llevando por todos los lados del castillo y coordinado. Maldita sea, grito el comandante de la tropa. Lancen el aceite, hay que impedir que su… no termino la frase, una flecha le atravesó el pecho. Y ahora que, dijo alguien viendo a su señor caído en la batalla. Ahora solo nos queda una cosa por hacer. O vencer o morir.

viernes, 3 de junio de 2016

la playa

LA PLAYA. El mar había amanecido tranquilo, después de una noche revuelta, ahora parecía una manto azulado por donde caminar sobre el sin notar la profundidad del océano. El joven se había colocado el chaleco naranja, era bien temprano, pero ya estaba allí junto a sus compañeros, esperando. Deseando que fue un día sin trabajo. Porque eso sería sinónimo de que no habría más peligros, más muertes y más miseria. -no vayas hijo, ayuda desde aquí. No lo hagas. – fueron las palabras de su madre cuando él comunicó que se iba con la ONG a ayudar a los refugiados que llegaban como podían huyendo de la guerra de su propio país. Total, aquí no hago nada, he terminado la carrera de psicología, y no tengo trabajo. Pero si estaba involucrado en asociaciones para luchar contra todo lo que fuese injusto. Ahora era el momento de tomar una decisión, y allí se encontraba. Después de un viaje que se tuvo que costear a medias con la organización iba a poner su granito de arena nunca mejor dicho en aquellas playas donde la muerte se ponía las botas casi todos los días. - estas bien, dijo Noelia. Una chica canaria, morena y alta, delgada y con una melena rubia que ahora llevaba recogida en una coleta. Había dejado atrás la tabla de surf para estar en aquellas playas idílicas, donde en vez de disfrutar del paisaje se tornaban en campos de muerte minados por la codicia y la traición del ser humano. .si, dijo juan. Solo que me parece extraño. No es lo mismo verlo en la tele que aquí en persona. Es una sensación rara. Es como estuviese dentro del mar y mi estómago quisiera vomitar toda una angustia que se acrecienta dentro de mí ser. . Te entiendo. Yo llevo una semana y cada vez que me levanto y miro al mar como ahora en clama y tranquilo me ocurre lo mismo. Uno no se acostumbra a despertarse con la muerte como compañera de aventuras. Sonrió la joven para a animarlo. Juan no dejo de observar el horizonte, por la playa más compañeros con sus prismáticos oteaban el mar, hasta donde estos le dejaban ver. Una tercera persona se les aproximo corriendo. – eh chicos. Joder exclamo, jadeando. Han avistado a dos km una embarcación, hacia el sur de la costa.-señalo con la mano. Parece que viene a tope, ya han salido las embarcaciones para ayudarles, pero es posible que haya más. Estar alerta. Yo vuelvo a la base, tengo que informar. Noelia y juan miraron a su izquierda, no vieron nada. Entonces, decidieron andar hacia la zona bordeando las pequeñas dunas de arena y las rocas, mientras que el mar llegaba a romperse en la orilla al contacto con el final de su trayectoria. -cuál es tu historia, dijo la chica. - mi historia. -sí, que haces aquí. Y no me respondas lo obvio. No soy nada místico, ni romántico. Tampoco soy una hermanita de la caridad. En Madrid estaba sin trabajo, ayudaba en diversas facetas contra la lucha de los derechos humanos y todo eso, ya sabes. Al final un día me cabree mucho, fue al ver al niño muerto en la playa. Ahogado y me dije. Ahora que tengo tiempo. Voy a dedicarlo en ayudar de cerca. Esa es la parte bonita, o la triste. Dijo la chica caminando. De vez en cuando se paraban y miraban al mar. Nada. Hablo inglés. Dijo el chico sentenciando. La chica sonrió. No eres de muchas palabras. Las justas y necesarias, apostillo. A Noelia le pareció algo borde, pero cuando vio la leve sonrisa de la boca del joven cambió de opinión. El talki, se activó y una voz en español dio un aviso. Una embarcación había naufragado muy cerca de su posición, detrás de una pequeña duna, y al parecer varios barcos de la cruz roja estaban socorriendo a los inmigrantes como podían. Corrieron. Ya no hubo más palabras entre ellos, no hubo tiempo de conocerse, ni por qué Noelia estaba allí y su sensibilidad a flor de piel desde pequeña, de su rebeldía contra la injusticia, de su carrera de abogada acabada, de cómo mando a la mierda a su padre, un eminente abogado de las islas y se largó para vivir libre con su novio. Solo que ahora no era libre ni tenia novio, y estaba recogiendo muertos todos los días y tragándose las lágrimas cada vez que tenía que hacerlo. Joder, exclamo, el joven, sobre la playa había ya varios cuerpos arrastrados por el agua, y varios compañeros mirando de qué manera podría ayudar. Estaba claro que algunos ya eran cadáveres, otros, se les veía nadar como podían mientras que la embarcación había dado la vuelta. Nadaban como podían buscando las embarcaciones de ayuda, otros buscaban a la playa cercana. Pero el cansancio y el miedo los atrapaban en aquella ahora tranquilas aguas. Noelia se acercó a un cuerpo, lo arrastro hacia fuera del agua, era una mujer. Todo aquel vestido la convertía en una cortina humana arrastrada por las olas. Respira, ayúdame, respira, grito. El joven la ayudo, y entonces lo vio. Vio al niño de la televisión, como un muñeco. Con las olas acariciando su cuerpecito una y otra vez. Corrió a por él y lo saco del agua. Lo intento, una, dos, varias veces pero el niño estaba muerto. Quizás ya llevaba minutos muertos antes de que llegaran. Ayúdame, grito Noelia. Mientras le practicaba el boca a boca a la mujer. Tardaron unos segundos interminables pero la mujer recobró la vida, expulso todo el agua que sus pulmones tenían en esos momentos y se quedó sentada miran do el cuerpo del niño. Llegaron más asistentes, también más cadáveres. El mar n o paraba de escupir lamentos de sal. Lo siento, dijo le chico. Lo siento le dijo a la mujer al verla arrastrarse sobre el crio muerto. Esta grito algo en su idioma, que el joven no pudo descifrar. Que más daba Sorry dijo. Pero nadie le escucho, lo dijo en inglés, pero solo Noelia le puso una mano en el hombro mojado y le consoló. No hay tiempo para el consuelo, hay trabajo dijo y tiro de él, en busca de más supervivientes. Fin.

sábado, 2 de abril de 2016

la gran novela



LA GRAN NOVELA.
Dicen que subir a la luna es fácil, que lo difícil es bajar de ella sin romperte la crisma. Solo tienes que tener una escalera bien alta y después que nadie te sierre las patas cuando estés bajando. Algunos les gusta aplaudirte cuando saludas desde lo mal alto y clavas la bandera de la victoria, pero pasado un tiempo, mínimo. No sierran la escalera, directamente te la quitan, y entonces o saltas al vacío esperando que la gravedad haga más leve la caída, cosa improbable y demostrada o te quedas a vivir para siempre en la soledad del espacio.
Soy escritor. O al menos eso creía. Y ahora escribo desde la cárcel. Condenado por homicidio en primer grado. Así que los que lean esta historia, no tendrán que esperar al final para saber quién es el asesino.
Con cuarenta años, y un trabajo de mierda. Si, ya sé que hoy en día tal como está las cosas hablar de trabajos de mierda es una osadía, y que más de uno me tildara de gilipollas por pensar así. Admito todo tipo de críticas, total que más me da. Sigo
Soy un enamorado de la literatura, leo y desde muy joven escribo. Y he recopilado muchas historias que durante estos años he mantenido en secreto. Primero a papel. En carpetas. Luego cuando llego la era del ordenador, tuve que pasar todos mis relatos a este aparato del diablo, y almacenar los textos en diversos discos duros, hacer dobles copias de seguridad y tal.
Luego llegaron las redes sociales, al principio fue chatear con gente, el gran éxito de las redes sociales es el de la mentira y el engaño. Lo que nos faltaba a los españolitos que lo tenemos todo. Mis experiencias fueron buenas y muy pésimas, aun en día sufro todavía las consecuencias de individuos, as que te contaban su vida y sus problemas con una alegría y una vergüenza torera que daba grima. Cuantas horas perdidas, cuanta gente estúpida. Mira un caso.
Antes de entrar aquí me encontré con una chica que me conto lo más grande de su vida, incluso delictiva por el cara libro, después de un tiempo me dejo plantado. . Me la encontré de cajera de un DIA. No tuvo los ovarios suficientes para decirme hola. Como estas. Claro, igual se avergonzaba o igual se hizo la tonta. El caso es que yo me puse frente a ella con una caja de condones durex y le dije, perdona esto que precio tiene. Que se joda. Se puso colorada.
A lo que voy. Comencé a escribir relatos y publicarlos en diversas páginas del cara libro. Que si no lo sabéis es el puto y jodido Facebook. Gustaban, y claro eso da alas. Otras no, y me expulsaban de las páginas. Era tanta la demanda de mis relatos que me decidí por escribir uno y presentarlo a un concurso. Sin mucha ilusión, pero bueno nada se pierde. O si en mi caso. Ese fue mi gran error.
Me vine arriba. Presente el relato y lo gane. Fueron 500 euros y una borrachera de lujo en Segovia, acompañado de un amigo, y de unas chicas que conocimos en el evento. Creo recordar que esa noche a parte de vomitar también me corrí, pero no me digáis si dentro o fuera, ni con quien.
A los pocos días, me llamaron por teléfono. Un editor que conocimos allí y que estaba tras la caza de nuevos talentos. Yo no recordaba nada. Había vuelto a mi trabajo de mierda que es el que me daba de comer. Y entonces llego la llamada. Los correos. Debió de ser una noche muy loca, pues de repente mi Facebook estaba lleno de solicitudes y de mensajes.
Querían reunirse conmigo y que escribiera una novela para poder editarlas con ellos si lo creían oportuno. Les comente que yo no tenía mucho tiempo y que me era imposible. Insistieron. Y accedí a la reunión. Resumiendo después de unas dos horas de hablar con un tío calvo con bigote y de unos cincuenta años y una chica de unos treinta que era su hija, y que estaba muy buena, todo hay que decirlo. Me convencieron para que lo pensara. Me darían algo de dinero para ir tirando mientras escribía la novela y después si lo publicaban y tenía éxito habría más dinero. Me lo creí. Todo eran flores para mi forma de escribir. El nuevo reverte dijo el hombre dándome la mano. La chica me planto dos besos tan efusivos que se me puso dura. Y me comprometí en unos meses a escribir un borrador y mandárselo.
Durante unas semanas mi vida cambio.  De repente me hicieron unas entrevistas en la radio y periódico. Me invitaban a eventos culturales, donde el canapés y el champan corría por allí y cuando se apagaban los flases y las cámaras aparecía el polvo blanco y los cubatas. Y entre en ese juego cultureta y falso. Me enganche a esa vida. Me subieron sin darme cuenta en el ascensor a la sesta planta de la vida. Y yo siempre estaba acostumbrado a la primera.
Las dos primeras semanas pasaron volando y no escribí nada. Mi mente se cerró. Mientras que seguía en mi burbuja de locura. El ego me desbordo. Y no entendía como ni porque, solo fue un relato un puto relato que hablaba de terrorismo el que había ganado. Incluso decían que era experto en el tema. Joder. Alucinando.
-___  como va esa novela.
Bien, mentí. En unos días os mando algo.
____ Perfecto mi padre se pondrá muy contento, y yo deseando verla. Espero que haya lo que dijiste, algo de sexo, asesinatos e intriga. Es lo que se lleva ahora.
____ Tranquila Natalia. Lo habrá. Mentí de nuevo. Ahora todo el mundo escribía sobre novela negra, hacia unos años era novela histórica.
____ tengo que viajar a tu ciudad próximamente podríamos vernos y tomar algo. Me dijo. La chica estaba muy buena, y yo que no soy muy agraciado tengo mi puntito. Por no hablaros de mi arma entre las piernas. Ya salió mi ego de nuevo.
Sentarme frente al ordenador me ocasionaba una gran obsesión. Como comenzar, por dónde. Contar que. Y sobre todo, mirar el calendario. Días que pasaban, días trabajando pues no había dejado mi verdadero curro por la miseria que me había adelantado. Cansancio. Problemas. Bebida, cocaína y mujeres. Coctel peligroso.
Solo escribí el título de la novela. Sería el que habéis leído arriba. LA GRAN NOVELA. Pues debería de ser lo mejor de mí, y después vivir de las rentas, una segunda parte como hacen muchos autores. Dejar la historia sin cerrar, para próximas entregas. Una peli quizás. Después años para una segunda con dinero de por medio. Claro si realmente triunfaba, porque las editoriales te dan una mierda, pero una mierda por cada libro vendido. Así que si no eres una mente privilegiada y encima de escribir bien tienes ideas. No te comes nada.
Y lo mío fue eso. Hasta que me dio por copiar otras novelas, trozos de una, personajes de otra, descripciones de otra, y siempre era otra, otra, que no fuese mía. Robe paisajes, asesinos, putas, policías, forenses, los metí en una coctelera y los agite bien. Y cuando vino Natalia, se lo entregue. He dicho que no había escrito más que el  título. En realidad es verdad, todo lo demás era copiado, no sentí ninguna vergüenza por tal acto, incluso robe fragmentos de mis amigos en la cara libro. Usurpe textos. Y mientras Natalia los leía en la cama, yo me duchaba después de haber tenido un sexo salvaje y brutal con ella. A la chica le iba la marcha. Cuando salí de la ducha, había leído quince páginas de las 30 que le di. Me la quede mirando esperando una respuesta. Me la chupo mientras yo daba gracias a dios por no descubrir la mentira. Al menos era bueno en eso.
Y cómo es posible que el relato que gano el concurso tuviese premio y ahora no fuese capaz de escribir nada decente. No me preguntéis como ni porque. Se me escapo la magia supongo. O realmente no tenía ni puta idea de escribir y todo aquello              era un burlo montaje. No lo sé.
Natalia se fue y yo seguí construyendo el puzle de LA GRAN NOVELA. Investigue, mire, robe de nuevo, me costó mucho pegar todas aquellas ideas de los gran des maestros de la novela negra. Pero lo logre. Llegue a cien hojas y se las envié. Esta vez fue Roberto el padre quien me felicito. Incluso me dijo que las escenas de sexo eran geniales. Ya lo creo pensé yo, era tu hija la que me inspiraba. Es lo único que saque de bueno de todo aquello. Cuando tenía doscientas paginas me llamaron y me hicieron corregir varios párrafos que no les cuadraban. Me cago en dios pensé, ya me han cazado. Entonces use a mi amigo. Y me ayudo en la trama. Le tuve que inventar a varis juergas, putas cervezas y cocaína incluidas. Vaya dos. Pero lo logramos. El agobio se me fue yendo, incluso me sentía más vivo que nunca y tenía ganas de escribir yo que no seguir creando la gran novela que no era más que la gran estafa literaria. Mi  amigo se volvió mi cómplice. Llegamos a un pacto, el trabajaría en sus tiempos libres y me pasaría textos para acomodarlos a la historia. Así fue como la gran novela se fue creando. Con mentiras. Copias y mucha vergüenza. Ahora que lo pienso, desde mi celda. Me da mucha vergüenza haber robado a los maestros. Muchos de ellos amigos míos. Pero yo quería ser el mejor. Mi ego me lo pedía. Había subido al sexto y quería llegar al décimo piso.
Entonces Natalia entro de nuevo en escena. Lo mío con ella era sexo. Con mi amigo al que no pienso nombrar fue amor. Y eso fue nuestro final. Una mujer entre dos hombres deseosos los convierte en enemigos. Ya sé que diréis que al final siempre tiene la culpa la mujer. No es así, el culpable fui yo. Yo y el cabrón de mi amigo que me traiciono. O al menos lo intento.
El día de la presentación de la GRAN NOVELA, yo estaba tan nervioso que mi nariz necesitaba taponarla para no meterme más rayas. Pero fue un éxito. Se presentó a bombo y platillo. Fiesta, canapés, bebidas, y firmas por todos lados. La novela en dos semanas paso a ser un superventas. Y yo seguía muerto de vergüenza, nadie iba a ser capaz de darse cuenta de la mentira escrita. O es que estaba tan bien hilada que no lo veían. Plagio. Noooo. Copia dura y pura. Incluso me aventure a redactar unas frases del quijote como mías. En plan osado que nadie se percató. Firme para una segunda entrega. Una buena cantidad de dinero con una editorial mayor. Tuve que dejar el trabajo pues ahora necesitaba tiempo para escribir una novela de verdad, sacada de mi cerebro corrompido, pero al menos mía. Y mientras que es me puse a ello. Los tortolitos me la pegaban por detrás, Natalia por despecho, no les hico ninguna gracia que firmase con otra editorial más importante. Y mi amigo porque estaba loco por ella.
Me hice famoso. Mucho. Participaba en tertulias, la novela se comenzó vender en otros países. Y la vergüenza ya ni aparecía en mi rostro. Solo cuando veía a otros colegas de profesión y sabía que le había robado una frase, un párrafo intentaba excusarme e irme a otro lado. Y fue cuando mi amigo una tarde se  presentó en mi casa. Quería dinero. Ya sabéis, chantaje puro y duro, que si el ritmo de Natalia era alto que él no tenía donde sacar dinero, que se lo debía. Que si no hablaría a los medios. Le di 60000 euros. Y le dije que me dejase en paz, que estaba escribiendo, que no volviese por allí, que era un cabrón por quitarme a Natalia.
Mi nueva novela iba bien. Relajado, pero contento. Mi cabeza volaba. Es verdad que eso que dicen que las mejores canciones se escriben borrachos, yo aspiraba por la nariz y las ideas salían como disparos. Tres meses y medio después de la llegada de mi amigo. Fue Natalia la que vino a mi casa. Su aspecto era desastroso. Donde estaba esa chica elegante y atractiva que volvía loco a cualquier hombre.
____ Elías me lo ha contado todo, dijo, riendo como una perra. Eres un hijo de puta. Como has podido….
En fin, que discutimos, la intente besar, me pego una torta, yo seguía deseándola. Y ella me odiaba por el engaño. Le ofrecí dinero. Y me dijo que me iba a desenmascarar. No se lo podía permitir. Tuve que matarla. Ahorrare los detalles morbosos. Solo me quedaba otro hilo que atar, el cabrón de mi ex amigo. Le llame y vino, pensando que Natalia estaba en casa llorando y que le quería. Antes de morir me había dicho que habían roto por no sé qué rollos. El caso es que Elías. MIERDA YA HE DICHO SU NOMBRE. Vino a casa y lo mate. Aquí fui algo más cruel,  más vengativo, lo reconozco. Primero lo deje medio muerto de un golpe en la cabeza, y después cuando vi que estaba vivo, todo drogado yo le dije, has visto, has visto lo que me habéis obligado a hacer desgraciados. Y ahora te toca a ti. Y juro que hare después lo posible para que parezca que os habéis suicidado.
Otro error. Los tire por la ventana de mi casa. Cuando anochecía. Primero a uno segundo después a la otra. Para entonces había limpiado todo el suelo de sangre. Y prepare mi coartada. Como seria. Una riña entre amantes en mi casa que la usaban como picadero. Y yo sin enterarme señor policía. Que porque se han suicidado, no sé, drogas deudas. Investiguen que para eso son polis.
Y vaya que si lo hicieron. Aquí estoy condenado de por vida. Y escribiendo esto. Mi segunda novela se titulaba. MUERTE A CUATRO MANOS. Tuvo mucho éxito, sobre todo cuando me detuvieron. Fui noticia en todos los informativos. Cuando me preguntaron porque los había matado. Les confesé la verdad.  Por celos. Mi abogado hizo lo imposible. Mi editorial tuvo que seguir pagándome por derechos de autor lo que me correspondía por ventas. Les hice ricos. Y hace unos días me comunicaron que iba a pasar más de veinte años en la trena. Ya llevo tres meses. Y esto es un infierno. Así que he querido contar esto. El engaño de LA GRAN NOVELA. Y dejar esto escrito como último legado. Tengo preparado los cordones que he ido logrando de otros presos. Y cuando escriba fin, acabare con mi vida. He escrito una novela con éxito. La otra fue un engaño. Por supuesto que cuando se sepa. Lloverán tantas querellas y rodaran muchas cabezas por no estar atentos en vigilar las obras literarias como dios manda para que nadie haga lo que yo. Fui un puto genio lo reconozco, subí al décimo piso. Llegue a la luna y alguien me quito la escalera. Quizás fuese yo mismo quien la quito como pienso a hacer en unos momentos para que mis pies no toquen el suelo y mi enorme polla se ponga dura por última vez.
Fin.  Registrado.

miércoles, 30 de marzo de 2016

el ultimo vuelo

Le cogió la mano, y al mismo tiempo le sonrió, aquella sonrisa enamoraba a cualquiera, era tan guapa, tan simpática y tan… la miro embelesado, tres años casados, tres maravillosos años, una niña, que ahora estaba esperando con los abuelos, y ellos camino a un viaje de negocios, y porque no decirlo también de placer, seria tres días, una convención, pero si, harían una escapada por la noche para cenar en algún restaurante de la ciudad. Solos, como dos enamorados que llevan un mes saliendo. Que suerte tenia, pensaba, no se podía quejar, la vida le estaba facilitando lo que cualquier hombre desea, también es verdad que se lo tenía ganado, sus años de estudios sin salir con su cuadrilla, para licenciarse en derecho, mucho sacrificio, que le compenso, cuando la conoció a ella en la cafetería de la universidad. Qué raro, el no solía frecuentarla más que para un café rápido, un pincho y de vuelta a los libros. Pero ella estaba allí y cuando sus ojos se cruzaron el destino los atrapo, no hubo nada ni nadie que los pudiese ya separar. Se hicieron amigos, novios, amantes, matrimonio, padres, todo fue tan rápido pero tan hermoso que no le importó esperar un buen tiempo hasta que se acostó con ella, no porque fuese una puritana, sino porque querían a hacerlo con pasión, y eso fue lo que ocurrió, menuda noche. Acabaron exhaustos, pero felices. Después ya no hubo tregua y el sexo era brutal, quien lo diría en ella, con aquella cara de chica buena, rubia, con cara de ángel, con aquellos ojos verdes, y sus pecas en la cara, que la hacían una adolescente hermosa.
Sintió su mano, apretarle fuerte. Le gustaba sentir su piel. Estaba loco por ella, y pedía a dios o a quien fuese que siempre fuese así, que aunque pasase el tiempo el amor que sentía por ella nunca decayera en la monotonía.

Veía en su cara la angustia que siempre le llegaba cuando se sentaba en un asiento de cualquier avión. Incluso tuvo que superar sus fobias a volar, con cursos de preparación que su abogacía le pago, cuando le dijeron que tendría que viajar por todo el país y por fuera, por temas laborales. Al principio eso, le supo a más dinero, más responsabilidad, más de todo, pero al mismo tiempo, subirse a las alturas, nunca lo llevo bien, ni era capaz de subirse a ninguna noria, en fiestas. y Claudia, siempre se reía de él, por su temeridad, le parecía graciosa y al mismo tiempo tierna. Le besaba y le decía, que no pasaba nada, que no había que subir a que a cambio prefería un helado, y el respiraba tranquilo. Recordó el día que fue a volar por primera vez, después del curso, un viaje Madrid Barcelona, estuvo a punto de ir en coche, o coger el tren, pero le necesitaban a primera hora de la mañana en los juzgados por un asunto laboral que iba a reportarles mucho dinero al grupo de abogados. Le recordó marchándose como si fuese al matadero un corderito, una sensación muy exagerada, se dijo ella misma. Después estuvo nerviosa hasta que llamo y dijo que todo había ido bien, bueno relativamente, dijo, me he dormido y no me he enterado de nada, y además creo que ronco. Dijo. Y ella se rio con ganas al otro lado del teléfono. Que loco estaba su marido, pensó, pero cuanto lo quería. Después los vuelos fueron más llevaderos, aunque nunca dejaba de poner la misma cara que ahora tenía cuando el pasaje de acomodaba y las azafatas daban las ultimas ordenes, cinturones, apaguen los móviles por favor. Etc.
Después de mirar el reloj, vio que iban con retraso, y entonces se escuchó la voz del capitán, lo hizo en inglés y en español, pedía disculpas por el retraso, todo se ha debido a un sobrevuelo de aviones en el espacio aéreo, pero ya estaba normalizado y despegaban. Después sintieron como la nave se desplazaba para recorrer los metros que lo colocaban en la pista de salida. La orden de la torre de control llego dándoles el ok definitivo, y el comandante, acciono la palanca para que el avión comenzase a coger velocidad, hasta que por fin las ruedas dejaron de pisar el asfalto de la pista y subieran a la altura determinada.
Ya paso, cariño, ya está, dijo Claudia. Sonriendo.
Las azafatas, comenzaron a atender al pasaje. Y Mario no dejo la mano de su mujer ni un segundo suelta. La necesitaba. Era su mayor consuelo en ese momento, y esta lo sabía. Claudia era más valiente, más decidida, en la facultad era la líder del grupo de amigas, siempre pizpireta, coqueta, pero cuando cruzo la mirada con Mario, se convirtió en otra mujer, maduro, se dijo. Y vaya que si lo hizo, termino la carrera, y oposito para funcionaria de justicia, y después de varias derrotas saco plaza como asistente en los juzgados. No se quejaba, podía seguir apostando por alcanzar mejor puesto, pero eso tendría que hacerla salir de la capital y prefirió estancar su carrera allí, además enseguida llego, Laura, y eso termino por decidir que estaba bien como estaban.
Tenemos buen tiempo aquí arriba. Dijo el comandante.
Excelente para volar. Dijo el copiloto mirando los mandos del avión. Llenos de lucecitas, y de datos que volvían a uno loco si no era porque ambos dos eran profesionales del oficio y conocían de qué iba todo aquello.
No me ha dado tiempo a ir al servicio, dijo, el comandante, típico alemán, fuerte, alto y delgado. Con una edad madura y con mucha experiencia en vuelos, dio las ordenes de que dispusiera todo para aterrizar, en poco espacio de tiempo llegarían a su destino. Entonces cuando el copiloto le respondió que ya estaba todo previsto, el comandante, le dio una palmadita en la espalda levantándose y le dijo, todo tuyo, voy al servicio.
Saludo a la gente del pasaje que le vieron como cruzaba los primeros asientos y se metía en el servicio.
En la mente de un lunático es difícil entrar, así que supongo, que como ya han dicho lo medios, el individuo este que hacía de copiloto, y digo hacia porque un verdadero copiloto ama volar, ama, llegar a su destino y con todo el pasaje sano y salvo, pero en este caso, el joven alemán, Andreas tenía previsto otra cosa. Acciono el cierre de puerta de la cabina, bloqueandola, quito el piloto automático y comenzó a descender el avión lentamente. Sin prisas.
Y que pensaba este descerebrado. Como nadie lo sabe, me meteré en su cerebro, si algo así,
Que guay es esto de tener la vida de toda esta gente en mis manos, quitársela de un solo golpe, pasar a la historia como el suicida que además se llevó por delante a 149 personas, ah que van niños, y dos bebes, bueno que se jodan, no hay piedad para nadie, aquí morimos todos. Que porque?, porque nací así, con estos síntomas de sicopatía, si no fuese piloto habría comprado un arma de fuego y me hubiese puesto a disparar indiscriminadamente a cualquier persona que viese por la calle, o si hubiese nacido en Irak o en algún país de esos, donde matar es cuestión de fe, pues me habría enrolado en algún grupo terrorista, ah, como se llama, el iris, o el Isis, qué más da, aquí estoy , 9000 pies y me llaman de la torre de control, que se jodan, y que se joda el comandante que por mucho que golpee a la puerta no la va a tirar. Coño, mira, los Alpes, que buen lugar para morir. 7000 pies, vamos derechitos a ellos. Que dirán de mi luego, los periodistas dirán de todo, me da igual, y mi familia, no siento lastima por ellos, no tiene culpa que el hijo sea un hijo de puta con todas las de la ley. Y mi novia, la muy zorra, va y me deja. Pues que les den. Que les den a todos. Emergencia, emergencia, grita alguien, tierra tierra. Si, tierra, y allí que vamos, primero un golpe y después un fuerte impacto, ya se acabó todo, mi nombre será recordado siempre. Narcisismo puro y duro.
Fue Claudia la que ahora dejo de sonreír, y se abalanzo a su marido cuando cayeron las máscaras de oxígeno. Aquello no era normal, las azafatas y el comandante gritaban desesperados en todos los idiomas que conocían, pero no había respuesta, la gente, se agarró, se besaron, se despidieron, hubo tiempo, las primeras montañas estaba tan cerca ya que era posible sacar la mano y tocarlas.
Te quiero amor dijo marcos, todo está bien dijo este, todo, repitió. yo también te quiero, se abrazaron y se besaron tanto que el primer impacto no pudo soltarlo, solo el segundo y mortal fue el que separan los cuerpos y el avión se fue desintegrando en pequeños fragmentos, acompañados de restos humanos y de maletas, chapa y acero, asientos, ruedas. Y dos cajas que dirían lo que había pasado realmente en el vuelo que ahora había terminado su viaje en las faldas de los Alpes. Dejando un reguero de dolor y muerte de olor a carburante, de tierra que antes fue refrescada por la nieve pura y fresca y ahora lo hacía por la sangre caliente de inocentes que de la mano de un cabron dejaron la huella de la desolación por siempre.
Dedicado a las personas que fallecieron en el trágico y homicida vuelo que un descerebrado decidió convertir lo que debería ser un viaje corto y tranquilo. Con mis mayores respetos hacia estas víctimas, y con mi más desprecio hacia el copiloto que no quiero ni pronunciar su nombre. Valiente hijo de ……

martes, 29 de marzo de 2016

accion



ACCION. (EKINTZA)
La conciencia de un soldado es tan amplia como las puertas del infierno. (SVEN HASSEL)

He dormido poco. El caserío donde estamos está caliente, la chimenea lo mantiene vivo,
Pero el silencio de la noche, se ha adueñado también de la madrugada, el despertar ha
sido como si un resorte me recuperara para la vida. A esas horas. No tengo tiempo ni
ganas de quejarme. Veo la oscuridad, y una pequeña luz en la habitación que me deja
ver la sonrisa de mi compañero. Una sonrisa de lobo hambriento, que yo no acabo de
comprender. De ansias, de hambre.
****

He mirado el reloj, he dormido casi vestido. Son las cinco de la mañana.
suspiro. Noto como de mi boca sale un vaho extraño, como si estuviese en la
Mitad de la noche fuera de ese refugio. A pesar del calor. Siento miedo.
Alguien ha dado la luz de la habitación donde todo el grupo esta descansando. El de
siempre, el guasón. Le tocaba estar despierto. Y cuando le toca ya sabemos lo que nos
espera, y eso que le tenemos avisado. Es inútil. No escarmienta, es como un niño
pequeño. Tiene un aspecto rechoncho y cara de pánfilo. Pero no se puede uno fiar de un
tipo así. Al menos si lo tienes como enemigo. Le he visto en acción y es muy osado.
Nos quejamos mucho. El frio y la humedad de la estancia con esos muros agrietados,
donde cuelgan perchas con la ropa, la hacen pobre y triste. Me recuerda un poco a mí
casa de Cáceres, donde me crie. Una casa de un pueblo pequeño. Con viviendas bajas,
pequeñas,  con un patio como entrada donde dejar las herramientas de trabajo, donde
Padre se aseaba en una pila el sudor de la jornada de campo.
Huy de allí. Primero entre en sacristía como monaguillo, pero aunque el cura intento
por todos los medios atraparme en los brazos de la iglesia, yo me empeñe en seguir
Otros pasos. Esos pasos que ahora suenan con fuerza por la instalaciones, directos a los
Baños. para quitarnos las legañas, luego un desayuno rápido. Un café con leche y unas
galletas. Después terminamos de vestirnos y fumamos en el patio, esperando. Hace frio
Un frio que se te mete dentro de los huesos y te destroza. Neumonía, dijo el médico. Y
el compañero Juan Esteban se tiro tres semanas hospitalizado. Juro que hubiese
Preferido un tiro.
****
Cuando he bajado sobre la mesa, tres compañeros están ya desayunando. Café y galletas
También hay una botella de licor. Los tres están serios, sin hablar, ni me han mirado.
Solo la mujer de la casa, la etxeko andrea,( MUJER DE LA CASA) la que se encarga de
darnos de comer y cenar
y de atendernos se ha girado levemente al verme bajar, pero ni  un atisbo en su rostro.
seria y de pocas palabras. Es la jefa, al menos en la casa.
Me he sentado junto al resto de compañeros. Los buenos días son un levantamiento de
Cabeza. O un ´´ EPA´´. Y mi respuesta parecida. Solo la mirada del lobo, y esa media
Sonrisa me incomoda tanto como el silencio de la mañana.
****
Hemos vuelto dentro, nos quejamos del frio. Esperamos que comience a clarear. No nos
Gusta mucho la noche. A mí por lo menos. Siempre la he tenido miedo. Lo reconozco.
Prefiero la luz del día. Echo de menos mi tierra, el sol, la frescura del campo, la paz que
allí se respira. Creo que no se trata de miedo a la oscuridad, si no a lo que nos puede
Traer esta.

Dos de los hombres más veteranos hablan en un apartado de la cocina. Esta es amplia.
Con una mesa de madera algo deteriorada en su color original, pero muy efectiva
Todavía. Estamos terminando dc desayunar sentados en sillas de madera, acordes a la
Mesa. La estancia, y todo el lugar me es desconocido. He estado en varios caseríos muy
parecidos, lo único que de verdad los unía era el silencio aunque hubiese gente dentro,
 El olor acogedor, y que mirando por las ventanas veías la naturaleza asomándose  a
nuestro paisaje del desconocimiento, de la aventura, de la equintza. (ACCION EN
EUSKERA).
Nos miran, sé que están hablando de nosotros, del lobo que es así como le he apodado.
Aunque en realidad se llama Pedro. Dejo de llamarse así cuando fue entrando en el
mundo de la lucha. Y se convirtió en Patxi. Los apellidos dan igual, como muchos de
nosotros los teníamos de diferentes partes de la geografía española. El mío es García, y
me apodan el Pecas, soy pelirrojo y tengo la cara llena de pequeñas pecas. En realidad
me da igual cómo me llamen. Mi nombre es irrelevante, solo supongo que servirá para
Los txakurrak (PERROS EN EUSKERA).
Un tercer hombre se me acerca, y me da un vaso lleno de aguardiente, huele fuerte. Me
Indica que lo beba, y añade que eso me templara los nervios y entrare en calor.
Se lo agradezco. Aunque intento disimularlo estoy nervioso, hoy es mi primera vez, y a
pesar de todo lo aprendido estos meses atrás, no deja de ser una acción real. Nada de
dianas dibujadas con la silueta de un guardia civil tricornio incluido. Ahora va a ser
todo muy real, demasiado.
Su apodo es, Andoni. Es un tipo grande y fuerte, con un bigote arreglado que no le pega
nada a su aspecto desaliñado. Es en el que más confío, el más conozco y también es mí
Tutor en esta clase de locura en la que me he metido.
Cansado de la situación en casa, de tener alergia a los libros, de mi adicción por estar
Siempre vagueando con los amigos, beber alguna litrona y fumar, de repente como
Quien
no quiere la cosa me metí en este nuevo mundo, buscando aventuras. Emociones. No se
muy bien cómo explicarlo. Supongo que la adrenalina estallándome en mi cuerpo
cuando hacíamos algo ilegal en el pueblo me pudo, y esa sensación se convirtió en
mayor y más deseada hasta que fui fichado como un jugador de futbol, pase de la
cantera a la primera división. Alejándome de completo de mi familia. Mi padre no
movió un solo dedo para buscarme y sacarme de allí de las orejas, quizás por miedo,
quizás porque nuestra relación era una autentica mierda. Un joven sin trabajo, sin
estudios, metido en problemas y encima revelado ante las exigencias del patriarca. Un
fracaso de hijo, un fracaso de padre. Mi madre era una santa. La pobre mujer
ocupándose de la casa, de mi hermana pequeña, siempre callada, siempre rezando,
Añorando una vida que nunca tendría, la de la libertad. Eran otros tiempos. Tiempos
Oscuros. Tiempos donde la mujer desempeñaba un papel triste, donde las mujeres
Carecían de reconocimiento. De orgullo pisoteado por el hombre de la casa. Parir y
hacer la colada, de paso la comida y la cena. Y los domingos a misa.
El aguardiente entro como un tiro. De dejo ardiendo por dentro, y sentí un escalofrío.
En diez minutos todos preparados, nos vamos. Fueron las palabras del que era el jefe del
Comando. Un tipo que su mirada estaba llena de odio, y ese odio se convertía en
Frialdad. Un hombre que rondaba los cuarenta. Delgado, con barba, gorro de lana,
Anorak oscuro como el que teníamos asignados todos. Un líder.
Parece que ha llegado el momento, me dijo el lobo sonriéndome. No me caía nada bien
ese tipo. Iba como muy chulito, había cometido alguna algarada en el pueblo, quema de
varios mobiliario urbano, y apuntaba maneras. El sí que estaba por la causa, creía en lo
que hacía. Yo más bien sentía que no era más que un aprendiz de sicópata  junto a
Otros que ya lo eran, del que yo formaba parte, siendo otro más. Reconozco que el
aguardiente me causo cierto revuelo en el estómago y en la cabeza.
****
El teniente, está en el patio, pasando revista, los vehículos estacionados a unos pocos
Metros. Somos ocho hombres. Martin el gallego, Roberto de Madrid. Sebastián de
Salamanca, Prudencio Gómez de Ávila, Elías de Toledo, Francisco de Teruel, el
Teniente Animoso González de Segovia y un servidor el cabo Valentín Cardoso de
Cáceres. Casi todos no llegamos a los 30 años de edad. Solo el teniente es el más mayor.
Descansen dice el teniente, puede fumar añade. Enseguida encendemos los ducados.
Todos menos Prudencio que tira del rubio.
El teniente atiende a un joven guardia que ha traído un informe y lo lee atentamente, son
Las ordenes. O quizás una contraorden. Nunca se sabe.
Al final, se pronuncia cuando se despide el guardia saludo reglamentario.
jornada de escolta. Tenemos que llevar una furgoneta con ingenieros y algo de
material delicado a la presa que se está construyendo en la localidad de Arbizu. La
furgoneta esta al llegar. Un vehículo ira delante abriendo paso, el otro cerrara el cortejo.
no les tengo que decir que vamos a viajar por carreteras secundarias y que después

saldremos para coger la carretera que nos llevara al lugar. Pocos vehículos. Mucho
bosque. Mucha maleza. Atentos a cualquier movimiento extraño. Sé que lo hemos
hecho muchas veces, pero nunca se sabe dónde salta la liebre cuando salta, y cuando lo
hace muchas veces está a nuestro lado. El hombre es un buen tipo, demasiado marcial,
pero su cargo lo lleva, no se relaja nunca. Es el más veterano. Y ya las ha visto de todos
Los colores. En realidad todos las hemos visto. Estamos en plena guerra con los
Terroristas de ETA. Más de uno de nosotros ha perdido algún compañero a manos de
ellos. Así que nunca está de más que nos lo repitan cada día. Por si acaso se nos
olvida, algo que no ocurre, pues, vestimos más veces el uniforme de gala para acudir a
algún
Entierro de un compañero que el de faena. Y no es una exageración. ETA esta
golpeando con mucha violencia y nos tiene enfilados. Tanto o más como les tenemos
nosotros a ellos. Estamos en un pequeño cuartel de Andoain. Localidad cercana a
San Sebastián. Y nos movemos por toda la zona coordinados con otros compañeros de
otras localidades. Nuestra misión varía según los acontecimientos, pero siempre hay un
un objetivo a batir. ETA.
****
La furgoneta esta fría, y se nota, otra vez el vaho saliendo de nuestras bocas, empaña el
cristal. Tras un par de intentos arranca, salimos cuando todavía los gallos cantan y la
luz de sol no ha despertado. Tenemos que estar en el lugar elegido con tiempo para
emboscarnos en los lugares elegidos por los jefes, además saliendo a estas horas
evitaremos algún control a deshoras, últimamente los trakurras nos están arremetiendo
con fuerza y la presión se nota. Les hemos golpeado muy duro y están rabiosos. Uno de
los hombres al que llaman ´´ trapote ¨ ha sido el que ha metido el armamento pesado en
la parte de atrás de la furgoneta. Cetmes comprados en el mercado  negro de armas.
probados, algunos de los veteranos llevan pistolas. Nosotros no, solo observamos,
esperamos, y como podemos atrapamos el miedo sin que se nos note. Al menos es lo
que yo hago. El lobo, esta exultante. Nervioso, pero con ansias de que comience todo.
de vez en cuando hace algún comentario sobre lo que vamos a realizar,
no hay contestación. Pero si miradas de reproche. A los veteranos no les gusta mucho
su formas de hablar es como si


fuésemos de fiesta. Y el lobo es como lo ve. Es un tipo con agallas
eso no lo discuto, pero tiene la lengua muy larga. Después de varios km por la carretera
principal sin novedad alguna, los cinco que vamos en le furgoneta salimos de la
Nacional y cogemos una carretera secundaria, varios km más y dejamos esta para
adentrarnos en una subida a un puerto, con curvas y más curvas. No hay circulación. El
silencio reina en el vehículo. Alguien enciende un cigarro. Y fuma. Los demás
seguimos callados. Esperando.
****
Cuando viajamos a una misión, nos lo tomamos muy en serio. No hay bromas, ni
conversaciones sobre futbol, una de nuestras pasiones. Vamos concentrados a cumplir
con nuestro objetivo. No es lo mismo escoltar una furgoneta con varios técnicos y
material delicado sin que haya una banda terrorista esperándote para darte el pasaporte
al otro barrio, que llevar a cabo la misión sin que haya una posible emboscada. Tenemos
la experiencia de otros compañeros que cayeron en situaciones parecidas. Sabemos que
nuestra  vida esta en juego desde que juramos servir a la patria, pero nunca llegamos a
pensar que acabaríamos en una guerra. y no persiguiendo a delicuentes como el famoso
EL LUTE ¨. Voy el en vehículo de atrás. Preparado. Observando que detrás de cada
árbol
que cruzamos no vea unos ojos brillar, cuando ya comienza a amanecer, débil, pero la
luz del día quiere su protagonismo sin importar los sucesos que ocurran. Ella no puede
evitar que pasen.
****
Hemos ha aparcado en una zona lejana a donde vamos a emboscarnos, nos han repartido
los cetmes, pistolas y varias granadas de mano. Después el jefe nos ha ido llevando a los
lugares donde vamos a apostarnos. Siempre desde lo alto, tenemos una visión perfecta
de la carretera, una subida, una curva y después una tramo recto. Perfecto. Me dejan en
mi puesto. Me siento, noto el frio de la hierba, tengo un árbol delante que impide
verme si me parapeto bien. Compruebo el arma, se cómo usarlo. Las granadas están a
mi lado. Apoyadas en el suelo. Todavía resuena en mi cerebro las instrucciones que me
han dado, tanto a mí, como al resto de compañeros. Cuando oiga los primeros disparos,
hare lo mismo, disparare contra los vehículos, la misión es clara, matar a los trakurras y
después robar el cargamento. Si sale mal huir por el monte y buscar refugio cruzando la
frontera muy cercana. De lo contrario volver a lugar donde está la furgoneta y esperar.
****
Menuda mañana que hace hoy, dice Prudencio que conduce el ran rover. Bosteza. El
resto nos movemos incomodos en el vehículo. En ese momento recuerdo Cáceres, el
pueblo, las mañanas allí también son frías, pero más llevaderas, más familiares. No hay
sufrimiento causado por otros. Solo por la propia vida. Por la pobreza. No tengo tiempo
de pensar en formar una familia. La chica que me gustaba, rosario se casó y cuando en
un
permiso fui ya estaba en cinta. Me lo dijo en una de sus últimas cartas. Que había
Conocido a un chico de Plasencia, ganadero y que se iban a casar. Todo muy rápido
pensé yo. Es igual, me rompió la ilusion, pero que podía ofrecerle yo. Un destino
 incierto. Lejos de su tierra, de su familia. Rodeada siempre de guardias civiles, de
mujeres como ella, con el miedo de que sea el último que vean a su marido. Gracias a
Dios, no estaba enamorado, no como lo están otros compañeros, a los que veo como
dejan escapar una lagrima cuando reciben carta de sus mujeres y leen los te quiero que
les escriben. Y luego están los hijos. Eso ya es lo que más duele, hijos pequeños
creciendo sin sus padres. Esperando el permiso. Esperando que cuando llegue el
permiso estén vivos para poder ir a verlos.
Prudencio está casado, tiene dos hijos. Martin, Roberto y Sebastián y yo estamos
solteros. Elías, Francisco y el teniente Animoso también están casados, solo el teniente
tiene dos hijos,  Francisco espera familia para el verano. Ninguna mujer vive aquí, todas
esperan en sus lugares de procedencia, aferradas al sonido tortuoso del teléfono. Ese
que les puede cambiar la vida de repente para siempre.

Bueno, allá vamos dice Prudencio cambiando de marcha, la cuesta es algo empinada
pero el ran rover no tiene problemas en subirla. Delante la furgoneta blanca de los
técnicos donde va una mujer ingeniero sube con determinación. La luz del día despierta.
Ya se ve.
Por fin, suelta Prudencio, odio la oscuridad de estos parajes. Y es lo último que dice.
suenan las balas atravesando el vehículo que frena de golpe, se queda quieto, siendo
el blanco de estas. Prudencio y Martin han sido alcanzados  de lleno por las balas y ha
 rebotado sobre si mismos cuando estas han entrado en sus cuerpos matándolos de
inmediato. Francisco y yo nos hemos agachado como hemos podido sin mucho más que
poder a hacer. Los disparos nos tienen inmovilizados, oímos gritos y disparos, los
nuestros también están disparando. De repente una explosión alcanza la parte delantera
del  todo terreno. Sentimos otra seguida, está más cercana. El humo y la confusión nos
deja noqueados. Me duele el brazo, pero apenas tengo tiempo para mirar. Francisco me
llama, tiene sangre en la cara, y me dice algo. Que apenas le entiendo. Le digo que si
con la cabeza, sin saber a qué se refiere, pero le veo abrir la puerta de atrás y tirarse al
suelo mientras las balas no cesan de golpear la chapa perforándola, los cristales rotos 
dejan el habitáculo como para que un faquir duerma una siesta. Sigo a Francisco que 
parapetado como puede disparar hacia el monte, sin saber muy bien cuál es el objetivo.
hago lo mismo. La confusión es tal que no sé qué habrá pasado con el resto de
compañeros, se oyen más explosiones. Una de ellas ha caído justo en la furgoneta
blanca donde viajaba el equipo técnico. El humo no me deja ver. Francisco cae al
suelo, cosido a balazos. Miro hacia él. después busco refugio detrás del vehículo.  
aturdido. Intento recobrar el control.
****
He visto llegar los vehículos, y los he visto pasar. Casi comienzo a disparar al ver que se
me iban de mi alcance. Pero en ese momento ha comenzado la lluvia de disparos por
parte del que tenía que comenzar el fuego cruzado y entonces desde mi posición he
disparado mi arma. He apuntado al segundo coche y he vaciado el cargador sobre el
coche, sé que los dos ocupantes de delante, han muerto de inmediato, sin opciones, y he
lanzado un par de granadas, después he recargado mi arma y he visto como salían dos
txakurras por detrás, uno ha sido alcanzado y muerto. El otro se ha escondido detrás.
ellos también han disparado, pero a ciegas, estábamos muy bien escondidos,  y sin
opción han ido cayendo. Las granadas también han ayudado mucho. El vehículo que iba
en medio ha sido dañado seriamente y sale humo. De los ocupantes que había dentro no
se nada. Ese no era el objetivo real, al menos no el de muerte pero por lo que sea y se 
me escapa de mi mente han sido abatidos.
****
Un momento de respiro. Ahora siento el silencio,  siento un dolor en el brazo que antes
apenas percibía. Miro y noto sangre en mi ropa. También noto sangre en mi rostro. Pero
no es una herida grave, al menos de bala. Más bien puede ser de cristales rotos. Respiro
con dificultad, estoy sediento. Miro mi cetme, lo recargo. Después oigo un silbido y
asomo la cabeza para ver qué ocurre a la zona desde donde nos han disparado. Paco,
Francisco está muy cerca de mí, muerto, con su sangre corriendo por el asfalto,
perdiéndose entre la cuneta. Tengo miedo. De repente una nueva granada que explota
muy cerca, siento el humo y unos alaridos de dolor. Exclaman en un idioma que no es el
mío.  Y oigo más voces, más cercanas. Alguien está viniendo hacia mi posición. Tengo
que recular y buscar refugio en el bosque, la ladera tiene una pendiente bastante
prolongada llena de vegetación, si me tiro a ella, puede que no me vean, aunque me
rompa el cuello. No tengo tiempo de pensarlo más, los acontecimientos se disparan de
nuevo.
****
El lobo está muy cerca de uno de los coches, tirado en el suelo, quejándose. Nos hemos
ido acercando poco a poco con recelo. El lobo tiene heridas muy graves. Le falta una
mano, y la cara la tiene negra y ensangrentada, creo que le falta parte de una oreja, y se
queja. Los veteranos están con él, los demás estamos revisando a los guardias y al
personal de la furgoneta. Todos muertos.
Alguien pregunta que hacemos ante la situación creada, el jefe da órdenes directas.  
Hanketin atera (SALIR POR PATAS).
Eta mutila zer?.  (Y EL CHICO QUE?.)
Guk okupatzen gea (NOSOTROS NOS OCUPAMOS).
queda uno, digo. Que da uno. Repito.
Hostia puta, donde está. Me preguntan. Por detrás del vehículo creo.
Goasen ( VAMOS). El lobo ya no tiene la sonrisa que tenia esta mañana cuando se lo
llevan como pueden, todavía sale humos de su ropa. La granada lanzada por el mismo le
ha caído de lleno encima. Un error de calculo, el caso es que va medio muerto. Antes de
oir los primeros disparos después de la primera ofensiva veo como lo dejan en el suelo y
Salen corriendo. Si no está muerto, es una carga que además la ha cagado.
****
He comenzado a bajar por la ladera, he tropezado varias veces y he perdido el cetme.
creo que me he roto la muñeca. Los disparos que han lanzado contra la parte de atrás
del coche donde me escondía han hecho decidirme que buscase refugio, no podía
enfrentarme a ellos, acabaría con alguno, pero costaría mi vida en el empeño. Me siento
Algo cobarde, no dejarme morir matando. Siento un enorme dolor. Pero nada
comparado
Con el que siento tras la pérdida de mis compañeros. Me siento perdido. Me han
localizado y me  insultan mientras disparan sobre la zona donde
estoy, la vegetación y los arboles repelen las balas, mientras que yo rezo para no ser
alcanzado. Saco mi pistola. El dolor de la muñeca es brutal, el del brazo quema y la
sangre sigue brotando. Un nuevo golpe seco entra en mi cuerpo. Y me deja tumbado,
sin poder moverme. Ahora creo que ya es el fin.
****
Estaba escondido entre unos árboles, hemos disparado sobre la zona, una buena tanda
de tiros. Es imposible que esté vivo. El jefe lanza una nueva granada sobre la zona, y
después nos manda salir corriendo. Atrás dejamos el lugar de los hechos. La furgoneta
blanca, los cadáveres, incluido el lobo, que es un trozo de carne destrozada.
La ekintza no ha sido efectiva del todo. Un muerto. Y no hemos logrado robar el
material que queríamos, además de matar a gente que no teníamos que matar. Daños
colaterales, dijo el jefe horas después cuando rendíamos cuentas. Mi sentimiento es
extraño.
Me han felicitado. Pero yo me siento raro. Tanto que cuando he estado solo en el baño
he devuelto. Ver la sangre, los cuerpos destrozados, la sonrisa del lobo perdida para
siempre, mi mano apretando el gatillo. Todo me resulta oscuro y a la vez creo que esta
será mi vida de ahora en adelante.
****
Me han encontrado, después de un buen rato. Buscándome. No me puedo mover, me
 han debido de dar en la espalda y mi cuerpo esta inmóvil. Aparte de las otras heridas.
voy camino del hospital. Muy grave. He oído voces de ánimo, y he llegado a ver como
mis compañeros eran tapados ante la masacre.
Todo va a salir bien Valentín. Me dice alguien muy cerca del oído, apenas le oigo, tengo
un tímpano perforado.
Pronto estarás de nuevo en Cáceres. En tu pueblo con tu familia, lejos de aquí. Estas
con nosotros. Quédate compañero. Ya nos ocuparemos nosotros de ellos, te lo aseguro.
La media sonrisa de mi compañero son lo único que acabo de ver antes de partir en la
ambulancia, antes de ver los campos llenos de paz de mi pueblo, antes de ver las casas
blancas, a mi padre llegar del campo, y oler el guisado de mi madre. Antes de todo eso,
queda mucho camino de recorrer. Y no sé si lograre volver a verlo en esta vida.
Fin.
Este relato esta basado en echos reales. Por respeto a las víctimas he cambiado los
lugares donde ocurrieron, así como los nombres de los fallecidos, alterando el final sin
ningún intento de dañar a nadie.

En memoria de todas las victimas como consecuencia del terrorismo. De cualquier tipo.